sábado, 12 de junio de 2010

PROGRESOS EN LA FARMACOLOGIA E HIGIENE BUCAL

A pesar de las conocidas investigaciones de eruditos como Avicena, el mundo islámico no llevó a cabo ningún progreso en el estudio de la anatomía. El Corán prohibía rigurosamente la disección poniendo así de manifiesto el tabú oriental hacía la manipulación de los cuerpos muertos. Por otro lado, la aversión árabe a la sangre impedía realizar operaciones quirúrgicas, con lo cual se evitaban también las extracciones dentarias salvo en casos de absoluta necesidad. Un médico británico que viajó por el Oriente Medio a fines del siglo XVIII quedó sorprendido por las lagunas en el conocimiento anatómico islámico. Refiriendo que había mantenido con médicos musulmanes sobre cuestiones de su especialidad y sobre textos médicos orientales observa con dolor que " cambian la posición de las vísceras, varían la distribución de los nervios y vasos sanguíneos caprichosamente y cuando su demostración lo requiere pueden fabricar huesos nuevos desconocidos para el esqueleto europeo"


A consecuencia de la prohibición de la cirugía, los doctores musulmanes se vieron obligados a explorar otros métodos de curación. El estudio intensivo de las plantas para determinar sus valores medicinales aportó una gran cantidad de conocimientos farmacéuticos, que, con el tiempo, serían incorporados a la medicina occidental. Unos cuantos conceptos de química, y las palabras árabes para describirlos (alcohol, álcali, alambique y elixir) penetraron en la civilización occidental después de las cruzadas. La farmacología en el mundo árabe se convirtió en una profesión respetada, separada de la medicina. Desde el siglo X los farmacéuticos musulmanes están al frente de sus propias farmacias y despachan fármacos recetados por escrito por los médicos.

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